miércoles, febrero 23, 2005

Nieve:

Hoy todo a amanecido nevadito por aquí, bueno y por todo madrid...
...Y me he quedado en casa (Jeje...)

Bueno ahora son las 15:50, he comido hace un rato y me he tomado un cafecito calentito mirando por la ventana como fuera sigue cayendo una buena nevada y he pensado que me apetecia escribir por aquí... ¿pero de que escribir?

Hoy me apetece escribir un cuento... Si, un cuento...

(Veamos que pasa...)

La nevada en el alma:

Alba se levantó, le dolia la cabeza, pero estaba agusto, miró hacia la ventana y vio, gracias a que nunca bajaba las persianas por la noche, que el arbol que levantaba sus ramas por delante de su ventana soportaba ya el considerable peso de algunos centimetros de nieve, la sorpresa le hizo olvidar el dolor de cabeza, desde pequeña le habia gustado la nieve, le traia recuerdos de aquellos días en los que salia con su familia al campo a jugar con la nieve tirandose por una ladera utilizando como "trineo" un chubasquero, momentaneamente el recuerdo de su hermano resbalando sobre una placa de hielo le hizo esbozar un sonrisa, pero todo aquello estaba ya muy lejos, y la sombra volvio a posarse sobre su cara.

Rapido, un café, el peine por aquí, lavarse la cara con agua fría, la radio a media voz, el bolso y algunas pequeñas tareas antes de descubrir que bajo su portal la calle estaba cubierta por la nieve ¡mucho más de lo que el testigo helado sobre las ramas del falso platano sugeria!, no creia que eso afectase mucho al autobus, pero si, si afectaba, y despues de esperar demasiado tiempo volvio a subir a su casa, y tras dejar bajo el radiador sus zapatos calados solucionó el asunto con una llamada.

¿Qué iba a hacer ahora? hacia meses que un miercoles no se presentaba así, hacía mucho que no tenía tiempo para ella, hacía demasiado tiempo...
sentada en la silla ante la ventana dejó pasar unos minutos, hacía tiempo que no disfrutaba de eso, de dejar pasar el tiempo mientras la vista se posaba en algo que la mantenia distraida...

Después de un tiempo que no sabría medir en las unidades adecuadas se levantó de la silla casi por inercia, de un modo impulsivo se abrigó, se calzó unas botas (considerándolas más adecuadas que sus zapatos) y salio de nuevo a la calle.

Allí estaba, bajo la nieve, sin saber muy bien hacia donde se dirigía comenzó a andar con la inexplicable emoción de hacer algo que hacía años que no hacía.

El quiosco, la panadería y el estanco del barrio fueron quedando atrás dejando lugar a las calles grises de los barrios cercanos, después fueron otros barrios algo menos concocidos, y cuando empezaba a sentir ganas de regresar al calor de su hogar (las botas no demostraban la impermeabilidad prometida...) vio al final de la calle que recorría un parque que le resultaba familiar, a pesar de estar segura de que nunca antes había estado allí...

Tras atravesar las altas puertas de metal, que permanecián siempre abiertas invitando a dar un paseo a los viandantes que carecían de tiempo para hacerlo, todo se fue convirtiendo en un continuo recuerdo de cosas que creia que no había vivido, pero poco a poco aquella marabunta de pseudorecuerdos chocó con el metal de una fuente, si, allí, en medio del parque había una fuente de bronce que representaba a un personaje de la antiguedad, que de no haber sido por dicha fuente habría caido en el olvido hace ya bastante tiempo, pero para Alba la fuente era el vínculo con unos recuerdos que de otro modo nunca hubiesen sido recuerdos, sino más bien olvidos...

Allí había estado ella hace años jugando con sus hermanos, paseando con sus padres y su abuelo antes de que todo aquello sucediera, recordó como realmente era feliz por aquel entonces...
Pero algo la sacó de aquel feliz ensueño.

"Perdona, ¿tu no serás Alba verdad?", en ese momento ella no lo sabía demasiado bien, ¿era realmente Alba?¿no sería ya a estas alturas solo un leve reflejo de Alba? se giró, y se dio cuenta de que en la imagen que aquellos ojos conocidos le devolvian si que se veia a Alba, "Sí, me llamo así, ¿nos conocemos?", "Sí, nos conocemos, soy Alberto, ¿no te acuerdas de mi?..." Sí, se acordaba, como no se iba a acordar...
"¿Te puedo invitar a tomar algo caliente en mi casa?, tengo mi piso aquí a dos pasos...¿te apetece?", la voz de el no ocultaba la emoción de encontrar a alguien con quien había compartido tanto, pero de eso hacía ya mucho tiempo... ..."Sí, me encantaría, además estoy empapada..."

¿Cuánto hacía que no se veian?¿Qué podría haber pasado desede entonces...? todas esas preguntas bien merecian un café en común. En ese momento Alba se dio cuenta de qué era lo que había salido a buscar en las calles nevadas... ...Definitivamente le gustaba la nieve.

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