Canela en rama:

-Anda, pasa, no te quedes ahi ¿quieres un café? no me digas que no, adelante...
El se arrastró hacia dentro de mi habitación como si hubiese estado siglos esperando mi proposición.
-Esto está bastante ordenado chaval, parece que vas mejorando- dijo no sin mostrar cierto reflejo de ironía en sus calculadas palabras.

Serví el café en dos tazas grandes de loza y los preparé según habiamos estado hablando, el suyo solo y largo pero con cucharilla, ya que le gustaba su sabor amargo pero disfrutaba dando vueltas a la amargura y el mio con leche fría y apenas medio sobre de azucar...

Le alcancé una taza mientras le invitaba con mi gesto a ser él el que iniciase la conversación, rercurso que el habilmente esquivó dando un largo sorbo del amargo café, percatado de su ardid inicie la conversación ...

-¿canela? ¿porqué canela?
-me gusta la canela
-explicate mejor- le invité

-Por su aroma, me huele a libertad...
-¿Dondé está la libertad?
-No lo se... -respiró mientras alcanzaba un cigarro puro de la caja de madera de la mesa- la canela es como la pólvora ¿sabes?
-¿si?
-Si, ambas tienen un aroma atractivo pero a la hora de la verdad no saben nada bien...

Entonces me di cuenta de que nunca sería una persona normal, hacía tiempo que se había convertido en la imagen que el espejo reflejaba cuando su antiguo él se colocaba ante el mismo, se había empeñado en dar vueltas sobre su propia amargura sin ningún fin, a mi modo de ver ya no buscaba una solución, solo llamar la atención con la intención de que alguien le viera y le rescatase de sus arenas movedizas, hoy le tocaba a la canela...


Con mis mejores deseos para el que se de por aludido...

Este post es una respuesta al artículo "Canela Molida" de: http://aeneproducciones.spaces.live.com/


Javier